Un camarón en el aula

En estos tiempos que corren, en un aula de E.S.O. pueden convivir todo tipos de especimenes. La diversidad social actual en los centros de secundaria es lo que tiene, y no me refiero precisamente al pais de origen de los alumnos, sino al comportamiento de los mismos.

Actualmente existe una especie en el aula a la cual podríamos denominar 'camarón'. Su nombre no proviene directamente del pequeño crustaceo blanquecino, sino más bien del malogrado artista del arte del flamenco.

No tengo nada en contra de esta forma expresión, al contrario me parece una forma de expresarse con mucho sentimiento. En lo que si no estoy de acuerdo es en que esta vertiente músical se convierta en el pan de cada día en las aulas y pasillos de un instituto de secundaria, además acompañado de las típicas palmitas para dar ritmo al tema interpretado.

El umbral de tolerancia del profesorado es tal, que es común en los cambios de clase observar al camarón interpretar uno de sus temas. En ese instante pasa un profesor/a cerca de él y en un alto porcentaje de las veces no le dice absolutamente nada (se hace la vista gorda).

Pero..., ¿que puedes hacer para que un alumno guarde silencio, no dé palmas, etc,? ¿le llamas la atención verbalmente? sigue cantando ¿subes un poquito el tono de voz? no funciona ¿le dices que le vas a poner un parte? su respuesta puede ser 'me da igual, no quiero estar aqui', 'haz lo que quieras', etc.

Por lo menos, parece ser que en este retorno a las clases los alumnos estan más tranquilos y hay menos 'palmeo' del habitual. El curso pasado, en una ocasión asistí durante la hora del recreo como unos 7 camarones hacían una actuación en grupo rodeando a una profesora por que no les dejaba entrar al edificio (durante la hora de recreo el acceso al edificio está controlado).

De hecho ha habido días que se ha ocurrido una idea un tanto descabellada (o no tanto) de proponerlo como actividad extraescolar. Si, eso es, en las típicas actividades, torneos o concursos de navidades, fin de curso, etc., proponer un concurso de cante flamenco. Seguro que aparecía alguna estrella.

Esta es tan una sola de las múltiples especies que habitan en los centros de secundaria españoles, pero hay muchas más, ya las iré presentando ...